, luz para iluminar a los que estaban en tinieblas”, y porque él se presentaría a sí mismo como la luz del mundo.
Los días que se van a desarrollar de Navidad a Epifanía y hasta el Bautismo del Señor deben ayudarnos a descubrir en Jesucristo la divinidad de nuestro Hermano y la humanidad de nuestro Dios. Los textos litúrgicos de este tiempo nos hacen escuchar una constante exhortación a dar gracias por el “prodigioso intercambio” por el cual somos hechos partícipes “de la divinidad de Aquel que se ha dignado compartir nuestra humanidad”.
Pierre Jounel, Missel du dimanche
Las celebraciones de Navidad
Congregación para el culto divino, Directorio homilético
Un momento distintivo de la Solemnidad de la Navidad del Señor es la costumbre de celebrar tres misas diferentes: la de medianoche, la de la aurora y la del día. Con la reforma posterior al Concilio Vaticano II se ha añadido una vespertina en la vigilia. A excepción de las comunidades monásticas, no es normal que todos participen en las tres (o cuatro) celebraciones; la mayor parte de los fieles participará en una Liturgia que será su “Misa de Navidad”.